19.6.07

EL ESTADIO DEL MERCADILLO

Polonia, por tamaño e importancia demográfica, supuso el más grande de entre los países satélite que orbitaron alrededor de la URSS. Traducida a términos balompédicos, empero, su importancia fue puntual, bastante irregular y, en cualquier caso, claramente protagonizada por aquella selección nacional que rozó la gloria en los Mundiales de la RFA'74, Argentina'78 y España'82. Pues bien, entre los estadios 'nacionales' del otro lado, el de Varsovia tal vez constituyera un ejemplo de lo que sucedió a nivel arquitectónico en el fútbol de la Europa comunista: estadios enormemente fríos, grises, alejados de la realidad y el tiempo en que fueron creados. Tres epítetos que perfectamente podrían haber sido aplicados para el sistema político que los alumbró.

Perennemente rodeados por el tartán de un atletismo que nunca terminó de arrancar -y que en los partidos importantes se poblaba de uniformes remotos y atemorizadores asidos a perros simplemente atemorizadores-, los campos de la URSS, Hungría, Bulgaria o Polonia compartían varios rasgos. Muchos de ellos, los encontramos aún hoy en el 'Stadion Dziesięciolecia' varsovita.

1. Forma ovalada, condicionada por la presencia de las ocho calles atléticas en el perímetro de la cancha de fútbol.

2. Sin techo. Las inclemencias del tiempo no debían suponer un obstáculo para aquellos que deseasen animar a la selección 'del Pueblo'.

3. Comodidad, en íntima relación con el punto antedicho, mínima -bancos corridos de madera-. Nula, en los muy abundantes días y noches en los que las temperaturas caían bajo cero y los copos teñían de blanco el pasto y, de paso, a futbolistas y espectadores.

4. Complicación arquitectónica inexistente. Construcción barata hasta el paroxismo y la cicatería. Inconvenientes de abrazar una economía planificada absolutamente desquiciada y ruinosa...

5. Doble función como estadio deportivo y magno escenario de la realización de eventos de masas para mayor gloria del Partido y los trabajadores. En principio podía albergar a 71.008 camaradas, si bien la fe en el dogma leninista llevó en algunas galas y festividades a más de 100.000 polacos hasta sus gradones.

El nombre, que traducido al español equivaldría a 'Estadio del Décimo Aniversario', alude a la conmemoración de la primera década transcurrida tras el levantamiento de Varsovia, de 1944. Simbólicamente, algunos de los materiales con los que se levantó el estadio procedían de las ruinas de aquel intento por parte de la capital polaca de acelerar la retirada de las tropas nazis ante la más que próxima llegada desde el Este del Ejército Rojo soviético.

Inaugurado en 1954, se convirtió en el recinto deportivo más importante de Polonia y el que albergaba las citas de su combinado nacional de fútbol o los encuentros más resaltables de los clubes de la capital en torneos continentales. A medidados de los ochenta entraría en barrena -"debido a problemas técnicos", según la Wikipedia- y despojado de su sentido deportivo, adquiriría con el tiempo uno mucho más extraño: utilizar sus paredes exteriores como anillo interno de un mercado de pulgas, artículos de segunda mano y falsificaciones de marca. Un rastrillo o zoco.

Con vistas a la Eurocopa de 2012, a co-celebrar por polacos y ucranianos, las autoridades de Varsovia contemplan una reconstrucción absoluta que levante en su solar un moderno complejo para 70.000 espectadores cómodamente sentados. Y esta vez, bajo techo.

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